La fuerza que une al hombre con su entorno se llama Chi, conocido como el espíritu o aliento cósmico. Es el elemento más importante en el análisis e interpretación de Feng Shui. El Chi da vida a las plantas y a los animales, es la fuerza que forma montañas y volcanes, que determina la forma de árboles y plantas. Es la esencia de la vida, es considerada la fuerza creadora.

El Chi asciende y desciende, circula en todas direcciones. El que asciende desde la tierra se interpreta como energía Yin (-) y el que desciende del cielo se interpreta como energía Yang (+). Se consideran varios tipos de Chi:

El que circula en la Tierra.

El que circula en la atmósfera.

El que circula en nuestro interior.

Sus características y la forma en que se manifiesta es diferente en cada uno de nosotros, por lo que nos da un toque distinto a cada cual. También el Chi es lo que conocemos como nuestra alma, la cual determina nuestra personalidad y carácter, y rige las emociones.

El Chi está en el ser humano desde su nacimiento hasta su muerte. En su etapa embrionaria se llama Ling; al nacer un bebé se convierte en Chi y al morir el ser humano se vuelve a transformar en Ling formando así el ciclo de vida. El Chi debe fluir suavemente a través del cuerpo hacia arriba, hasta la cabeza; si este flujo se bloquea, el cuerpo lo reflejará y se presentarán trastornos y malestares físicos. El Chi fluye por nuestro cuerpo por medio de los chakras de igual forma, el Chi desciende del cielo y fluye por nuestro cuerpo mediante estos centros de energía.

El Chi de la casa es similar al del ser humano, debe circular suavemente; este movimiento se verá reflejado en la atmósfera del lugar, dándole más encanto, comodidad y bienestar. También se dice que el Chi es el alimento esencial para mantener el equilibrio físico, ambiental, y emocional del ser humano y su entorno. ,

El objetivo del Feng Shui es armonizar el Chi del ambiente para mejorar el flujo de éste en nuestro interior y así también mejorar nuestra vida y destino. El Chi baja del cielo en forma de espiral y sube de la tierra en forma de espiral. El conector de ambos es el ser humano.

Cuando el Chi circula o fluye de manera recta es considerado agresivo y nocivo para el ser humano (Sha Chi); en China se tiene la creencia de que los malos espíritus circulan en línea recta. Se ha partido de esta creencia para buscar las formas curvas y suaves en las construcciones que fomenten un buen Feng Shui o un flujo adecuado de Chi (Sheng Chi).

En resumen, el Chi es la esencia del Feng Shui, es el aliento de vida y lo que forma todo. Es lo que delinea montañas, mueve los vientos, crea las plantas, guía los ríos y distingue nuestra personalidad. Está en nosotros, forma alma, espíritu, circula en el cuerpo e influye en nuestra personalidad. Está en lo que nos rodea, en la naturaleza, en nuestra casa, el entorno, la comunidad, el país, el mundo. También está en el Universo y en el cosmos, es la sustancia que nos vincula al todo y nos permite fluir con él. Es la fuerza que permite que el ser humano se mueva y que sus músculos tengan capacidad física. Existen diversos factores que estimulan o reprimen el Chi y que nos ayudan a mejorar su circulación y obtener beneficios personales.

El Chi fluye por nuestro cuerpo a través de los chakras, que son los centros energéticos que nos conectan con el entorno. Estos centros de energía se concentran sobre la columna y son ocho principales. A su vez, los chakras son ruedas giratorias de Chi que se renueva y evolucionan. El Chi entra a casa por las puertas y las ventanas, recorre todos los espacios de la misma como se muestra en la ilustración.

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