El Feng Shui es una filosofía de origen chino que surge de la inquietud por el estudio del paisaje y de las formas que prevalecen en el entorno, así como su influencia en el ser humano.

Feng Shui (viento-agua), originalmente llamado Kan Yu, es el arte chino del acomodo y diseño (interior y exterior) de un lugar determinado, partiendo de su orientación, para mejorar el Chi (aliento cósmico) de este lugar. El Feng Shui basa su estudio en el Chi o energía sutil de la naturaleza, para facilitar la armonía y equilibrio del hombre y la Tierra. Como éstos forman un todo, la salud de uno repercute en el otro, la cooperación mutua los lleva a crecer. Ambos requieren de la circulación equilibrada del Chi, positivo y negativo, que da origen al Tao, cuyo significado es el “todo”. El Tao es el todo y la nada, da vida a los polos opuestos que coexisten uno gracias al otro, los cuales son denominados el Yin y el Yang.

El Feng Shui es el arte de encontrar un lugar adecuado para cualquier cosa y crear ambientes agradables que fomenten el crecimiento físico, mental y espiritual del ser humano, por medio del efecto inconsciente que el entorno le genera. De acuerdo con esta filosofía, nuestra vida y destino están entretejidos con el trabajo de las misteriosas fuerzas del Universo y la naturaleza, más que con las propias acciones del hombre. Estas fuerzas son las responsables de la salud, prosperidad y buena suerte del ser humano. Asimismo, definen que todas las transmutaciones, desde lo cósmico a lo atómico, resuenan en nuestro interior, por eso algunos lugares son mejores, es decir, poseen más suerte o mejores bendiciones que otro. Si mejoras el lugar cambias tu suerte, por consiguiente la meta del Feng Shui es modificar el ambiente para atraer la buena fortuna. El Feng Shui es aplicable desde pequeños espacios, como una recámara, hasta espacios de mayores dimensiones, como un rascacielos.

El Feng Shui también se basa en los calendarios lunar y solar, y en la astrología china; utüiza la energía de las ocho direcciones cardinales y se enriquece con los cinco elementos formadores de la naturaleza: agua, madera, fuego, tierra y metal.

En su etapa formativa se basó en “el sentido común”. A la par de que esto sucedía, fueron surgiendo en China distintas teorías, diversos conocimientos como la teoría Yin Yang, la teoría Wu Xing (teoría de los cinco elementos), la teoría de la interpretación de las formas, que fue la primera constituida como formal y que incorporó los conceptos Yin Yang y la teoría de los cinco elementos, y se refiere a la formación del Universo. Poco después empieza a incluir el I Ching o Yi Jing.

El Feng Shui surge de la observación de una mágica unión entre el hombre y su entorno, de una primitiva vida agraria al ver la suerte del hombre extrañamente ligada a los ciclos de la tierra, al clima, a la dirección cardinal y la vegetación. Al percatarse del control que ejercían las fuerzas creativas y destructivas de la naturaleza (viento y agua), surgió esta filosofía.

Alrededor del siglo lll a. C. el Feng Shui se dividió en dos importantes escuelas. La primera es la Escuela de las Formas, basada en figuras, formas, cauces de ríos y montañas (paisaje, vegetación y fauna), empleó los cinco animales sagrados: el dragón verde, el ave fénix, la tortuga, el tigre blanco y la serpiente ocre, para buscar la similitud de las formas de estos animales, y de otros en el paisaje, con el objetivo de determinar si un sitio en particular posee buen Chi y así atraer buena fortuna a sus habitantes. La segunda es la Escuela del Compás, que usó una brújula de círculos concéntricos alrededor de un compás (l’o pan) para ubicar direcciones y posiciones aphcando el zodiaco chino, la astrología y el I Ching, variando de 12 a 64 círculos concéntricos. El l’o pan apunta hacia el sur en el hemisferio norte. Ambas escuelas se fundamentan en la teoría taoísta (Yin-Yang). A fines del siglo XIX y principios del XX, de ambas escuelas surgieron otras basadas en estas dos primeras, algunas de ellas con puntos de vista diametralmente opuestos.

Es imposible tratar el tema del Feng Shui sin reconocer además de la mitología otros aspectos que contribuyeron a darle su contexto actual tales como:

El He tu o Patrón del río Amarillo.

La creación de los ocho trigramas básicos que conforman el bagua y forman la base de los hexagramas del Yiying

El Lo Shu (cuadrado mágico) o Patrón del río Lo.

El bagua.

El Yiying (el Libro de los cambios o mutaciones).

La teoría del Chi.

La teoría del Yin-Yang.

El Nei Ching o Nei Jing (el tratado más antiguo de medicina china y del mundo).

La teoría de los cinco elementos (Wu Xing) y sus ciclos.

La astrología china.

Los diez tallos celestiales.

Las doce ramas terrestres.

La numerología china.

El Tong Shu (almanaque chino).

El culto a los ancestros difuntos.

Xi Fang (las cuatro direcciones).

La observación y estudio de las condiciones geográficas, climatológicas y topográficas del paisaje en China.

La invención del Luo Pan o Lo Pan (compás o brújula).

El concepto Zuo Bei Chao Nan que literalmente significa “sentarse en el Norte y ver hacia el Sur”.

El confucianismo.

El taoísmo. ’

El budismo.

La alquimia.

La superstición.

Las creencias populares.

El folclore y creencias propias de los chinos.

El chamanismo.

La propagación de diversos métodos de adivinación como: 1) la fisogonomía (Mian Xiang), que es la lectura de los rasgos característicos del rostro. 2) El Meng (destino), que es un sistema de adivinación chino que conjuga varios elementos del I Ching, la filosofía china, el Feng Shui y las ciencias. 3) El Zhan Gua, que es el sistema de adivinación por medio de los ocho trigramas. 4) El Zhan Ke, que es un sistema de adivinación similar a los “volados”, por medio del cual se lanza una moneda y depende de la cara que queda expuesta la interpretación que se da. 5) La quiromancia china (lectura de la palma de la mano) y su combinación con la fecha de nacimiento, método que se conoce como Xiang Ming.

Un ambiente propicio auspiciado por las dinastías, las principales corrientes religiosas y filosóficas para el surgimiento de nuevos conocimientos.

Una continuidad histórica casi inalterada.

Estos son sólo algunos puntos de influencia de los muchos posibles, que a lo largo de los tiempos han contribuido para que el Feng Shui y otras artes adivinatorias chinas tengan vigencia y gocen de creciente interés en el presente.